No es fácil buscar el proveedor de gas más económico. La tendencia del precio del gas está siendo a la alza en los últimos años. Hay muchos motivos: la guerra, el enfrentamiento político por el gasoducto que afecta a España, la alta demanda en Asia, etc.
Por eso hay que estar más centrado que nunca en buscar el proveedor de gas más económico, aquel que ofrezca la mejor tarifa al menor tiempo posible. No es fácil, se necesita un análisis detallado del mercado y eso en una sola tarde no se soluciona.
Contexto histórico sobre el sector del gas
Todos los consumidores de gas, con independencia del mercado en que se encuentren, se están viendo afectados por esta incesante subida del coste del gas natural. Así es que urge, cada vez más, saber qué es lo que cada usuario está pagando por sus consumos de gas y saber qué alternativas hay en el mercado. Antes pero, hagamos un poco de historia para poner el sector en contexto.
Mercado del gas en España
Los proveedores de gas en España ofrecen sus ofertas desde hace pocos años. Y es que hasta el 2008 el mercado del gas era un monopolio donde quien podía vender y establecer las tarifas que quisiera era Endesa. Pero cuando el mercado se liberalizó, aparecieron muchos proveedores independientes o filiales de grandes grupos de la energía. Hoy en día, los usuarios pueden escoger entre muchos proveedores.
La clave de la apertura del mercado del gas está en que los nuevos proveedores acostumbran a poner los precios más bajos que Endesa, cuyas tarifas las regula el Estado español. Sabiendo de antemano los precios de este proveedor oficial, los proveedores alternativos de gas pueden bajar sus precios hasta un 10%, sin duda, un poderoso argumento de venta.
El gas en el mercado libre o regulado
El precio del gas varía también dependiendo del mercado donde se enmarca. Está el mercado libre y el mercado regulado. El primero lo determina cada comercializadora a partir del coste subyacente de la subasta en el mercado mayorista, es decir, le aplican sus márgenes de beneficios. El segundo hace referencia al índice TUR (Tarifa de Último Recurso), definido en el mercado mayorista y supervisado y aprobado por el Gobierno. Cada mercado aporta sus ventajas e inconvenientes que hay que tener en cuenta:
- Precio: en el mercado regulado, este está definido por el mercado mayorista; en el libre, lo fija la comercializadora.
- Permanencia: nunca hay permanencia en el mercado regulado; al contrario, que en el libre donde las comercializadoras tratan de ligar al consumidor con buenas ofertas, pero con largas permanencias.
- Sobrecostes: en el mercado regulado, el precio es el que es. Nunca hay sobrecostes de mantenimiento; en el libre, la factura de gas aumenta por el mantenimiento de las calderas.
- Consumos: en el mercado regulado hay un top de consumo, hasta los 50.000 kWh/año; en el mercado libre, no hay ningún tope. Las ofertas son para cualquier consumo.
- Descuentos: el mercado regulado no admite ningún tipo de descuento; en el libre, las tarifas van variando y se pueden ofrecer habitualmente ofertas y descuentos.
- Variación de precios: en el mercado regulado, cada trimestre se revisa el precio y se aplica uno nuevo; en el libre, la variación dependerá de la oferta contratada.
El consumidor muchas veces siente que entender bien las tarifas que ofrecen unos y otros es un laberinto. Entender la factura de gas y descubrir exactamente qué es lo que el consumidor está pagando por el gas merece una buena explicación. El precio del kWh de gas en la factura lo encontrará en el contrato firmado con la comercializadora o en la propia factura de gas. En la factura lo localizará en el apartado donde se desglosan los costes del consumo. Es el término variable, el número y el precio de kWh consumidos durante un determinado periodo de tiempo.
Pero hay que tener en cuenta que el contador de gas registra el consumo habitual en m3 y la compañía lo factura en kWh. ¿Pero como se hace el cálculo de conversión de metros cúbicos a kWh? Hay que tener en cuenta el factor de conversión, fijado por Enegás, y que es 11.70 kWh aproximadamente (con una fluctuación que varía dependiendo de la zona geográfica y las características del punto de suministro). Así pues, la fórmula queda de la siguiente manera: 1 m3 produce 11.70 kWh.
Aspectos a valorar de la factura del gas
Cuando el usuario analiza sus consumos al detalle, sabrá entonces lo que realmente paga por el precio de gas. El siguiente paso pues será comparar con las ofertas de los otros proveedores del mercado, sea libre o regulado. Lo más sencillo para hacer esta comparación es acudir a un comparador de tarifas que a través de su algoritmo le pueda indicar cuál es el proveedor y la tarifa que mejor se adapta a sus consumos.
Pero al valorar una oferta uno no solo debe tener en cuenta el precio de los términos variables y fijos, ni solo los grandes descuentos. Hay muchos puntos a valorar:
Precio del término variable:
La parte variable de la factura de gas. El importe a pagar depende directamente del consumo realizado en el periodo de facturación. El consumidor si cree que va a tener un consumo elevado de gas natural deberá buscar una oferta con un precio del término variable económico.
Precio del término fijo:
La parte fija de la factura de gas, con independencia de los consumos. Esté término tiene mucha importancia a la hora de contratar el proveedor para una segunda residencia. En esta casa el consumo será menor que la residencia habitual y por tanto tendrá más importancia el tener un precio fijo reducido.
Permanencia:
Aún existen tarifas que obligan al consumidor a tener una permanencia de un año. Hay que intentar evitar estas ofertas, pues si el usuario encuentra una tarifa más económica durante este plazo de tiempo no podrá realizar el cambio, a menos que pague la penalización.
Duración de los descuentos en la factura del gas:
Hay que tener en cuenta también el periodo en que dura el descuento que el proveedor te ofrece. ¿Vale la pena cambiarse si el nuevo proveedor solo te ofrece un descuento para un mes o dos? ¿Cómo quedará la tarifa al final?
Servicios de mantenimiento:
En el mercado libre, la factura de gas puede aumentar por los costes de mantenimiento. En muchos casos, disponer de un servicio de mantenimiento puede ser muy útil, ya que estos suelen incluir la Inspección Periódica Obligatoria, cuyo coste ronda los 50€, o la revisiónobligatoria bienal de la caldera, con un precio aproximado de 120€.
Reparaciones:
Aunque no suele ser habitual, una caldera se puede estropear. Las reparaciones son un servicio que puede resultar muy caro. Por eso si en la oferta que haga la comercializadora incluye la reparación de la caldera, incluida la mano de obra y las piezas, será un punto a favor.
Tarifas duales:
Con el cambio de las reglas de juego del mercado de gas y electricidad, los nuevos proveedores pasaron a ofrecer tarifas de gas y luz integradas. Estas son conocidas como tarifas duales y usualmente fijan un precio inferior.
El coste de la factura de gas no es el único que deberás tener en cuenta cuando lo vayas a dar de alta. Esta es una gestión que deberá abonar a la distribuidora y que se incluirá en la primera factura de gas domiciliada. Esta incluye los siguientes derechos:
- Derecho de acometida: gastos por el servicio de instalación. La acometida del gas se refiere a la canalización para que el nuevo punto de suministro cuente con una conexión al gas.
- Derecho de alta: el precio que pagan los usuarios a las distribuidoras de gas natural cada vez que un nuevo usuario contrata un servicio de suministro o decide ampliar el siguiente. El importe es variable según la Comunidad Autónoma de cada consumidor.
La alternativa del biogás
Luego hay otro factor a valorar a la hora de escoger el proveedor de gas: el tipo de gas. Básicamente, todos los proveedores nos ofrecen gas natural. Pero si uno quiere tener en cuenta también el factor ecológico, el gas verde o biogás será su mejor opción. El biogás es más respetuoso con el medio ambiente y por ese motivo, es importante tenerlo en cuenta al hacer nuestra transición ecológica en busca de una mayor y mejor eficiencia energética.
Esta energía renovable procede de la transformación de residuos orgánicos (principalmente, residuos domésticos, residuos ganaderos, agroindustriales y lodos de depuradoras de agua) en energía en forma de gas. Este biogás está compuesto principalmente por metano y dióxido de carbono. Este gas verde es refinado para reducir el porcentaje de dióxido de carbono y es inyectado a la red convencional de gas natural.
Pero no solo es interesante para el consumidor porque sea más ecológico, sino también porque puede ser más económico. Aunque la inversión para producir el biogás puede ser considerable, a la larga uno obtendrá un buen ahorro a la hora de generar energía, eléctrica, térmica o como carburante, pues:
- No requiere de un gasto adicional para los procesos de conversión.
- Se aprovechan los desechos naturales. Una granja es ideal para poder instalar una planta de biogás de uso doméstico.
Estas son todas las consideraciones que cualquier consumidor debe tener en cuenta a la hora de escoger un proveedor de gas. Analizar los consumos, descubrir las ofertas, estudiarlas con detalle, plantearse alternativas más verdes… El sector del gas evoluciona y el consumidor debe adaptarse a éste para que la factura no se le dispare. Sobre todo en estos tiempos.