Según un informe de ICEA, el servicio de estadística y estudios de la patronal UNESPA, los seguros médicos contratados en el periodo de tiempo de 2019 a finales de diciembre de 2021 se han incrementado un 8% respeto a los años anteriores. Un total de 1’3 millones contrataron un servicio médico privado durante estos dos años.
Sin duda, los profesionales que se dedican a vender estos seguros médicos han visto como su trabajo ha crecido exponencialmente en estos últimos meses. Las ofertas, las coberturas más agresivas se han lanzado para captar la atención de los ciudadanos. Pero, ¿cómo podemos nosotros, los interesados, saber cuál el seguro médico que realmente necesitamos y no el que necesitan vendernos la aseguradora? A continuación, te contamos qué debes tener en cuenta a la hora de seleccionar el mejor seguro médico.
Un seguro médico que cubra tus necesidades
Uno se debe preguntar antes de nada porqué necesita contratar una mutua médica. ¿No se siente cubierto con la seguridad social? ¿Tiene un problema médico que sólo un especialista de una aseguradora privada puede solventar? ¿Está cansado de la larga espera en la sanidad pública? Cada respuesta a estas y otras preguntas puede tener solución en los seguros médicos privados, pero también hay que revisar con lupa cada uno de ellos por si realmente satisfacen nuestras necesidades.
Sin embargo, puedes necesitar un seguro médico para realizar determinados servicios como, pruebas diagnósticas con rapidez. O buscas tener cubiertos todos los servicios. O también poder ir a cualquier especialista tanto en España como en el extranjero.
Hay tres tipologías de seguros:
- Básico: Cubre las asistencias ambulatorias como, las consultas de asistencia primaria, especialistas, método terapéuticos simples y pruebas diagnósticas.
- Completo: Consultas con cualquier especialista, pruebas diagnósticas de todo tipo, tratamientos, hospitalización e intervención quirúrgica, dentro de un cuadro médico concertado.
- Reembolso: Es un seguro completo, pero además de un cuadro médico concertado, tiene libre elección de médicos y centros mediante el reembolso de gastos médicos.
También hay otra opción muy popular, pero que hay que evaluar bien: el seguro por copago. Pagas una cuota baja por estar en la mutua, pero cada vez que vas al médico pagas un plus. Como si fuera un servicio que no está incluido y que debes pagar a parte, pero que sucede siempre.
Es muy útil para aquel que realmente visita pocas veces el médico. Pagas diez euros (en algunos casos) al mes por ser de la mutua médica concreta y unos 30 euros cada vez que te visitas (dependiendo del especialista). Pero si eres una persona con tendencia a visitar bastante el médico, el copago terminará siendo una sangría para ti. Mejor un seguro médico probado con una cuota normal, que te cubra el máximo de servicios posibles.
El mejor asesoramiento para contratar una póliza
No es fácil meterse en este laberinto y encontrar la mejor salida. Y contratar un buen seguro médico es muy importante, más aún con la llegada de la pandemia de COVID19. Por eso, las corredurías de seguros son cada vez más importantes pues te dan el asesoramiento que necesitas para que la mutua médica que escojas sea la que realmente te va a dar la cobertura más idónea.
¡Un buen asesor!

Un buen asesor se sentará contigo, te hará las preguntas pertinentes para conocer tu situación médica y buscarán el seguro que mejor se adapte a ti. Conocen los diferentes tipos de pólizas médicas del mercado y las características de las aseguradoras.
Así pues, un buen corredor de seguros no te buscará cualquier chanchullo, ni aquella póliza con la que tenga afinidad y no buscará aquel seguro con un precio demasiado alto por las prestaciones que te da. Uno de los objetivos de un buen corredor será siempre que el precio que te cueste el seguro de salud, se ajuste más a tus necesidades.
Contratar con enfermedades previas
Cualquier contratación de seguro médico puede tener un punto de negociación. Pero hay algo que debes saber, las mutuas raramente negocian con personas con enfermedades previas.
Cuestionario
Siempre que empiezas a hablar con una mutua, ésta te pedirá que rellenes un cuestionario de salud. En éste deberás responder sobre posibles enfermedades que tengas o que hayas padecido, sobre posibles alergias, intervenciones quirúrgicas, etc.
Con este cuestionario, la compañía evaluará el riesgo que supone asegurarte y valorará los servicios que te puede ofrecer y la prima. Pero aún así, muchas pólizas excluyen cualquier persona que venga con una enfermedad preexistente para el seguro. Es decir, si necesitas cubrir una serie de medicamentos, de intervenciones, deberás abonar el pago de éstos fuera del seguro médico.
Las carencias en los seguros de salud
La carencia en un seguro de salud es el periodo que transcurre desde el alta de la póliza a la posibilidad de solicitar determinados servicios de asistencia o cobertura. De este modo, durante el tiempo que dura la carencia, algunas coberturas no son efectivas.
La carencia actúa como garantía para la mutua. De esta manera se protegen de casos de usuarios que contratan el seguro solo para satisfacer una necesidad puntual (una intervención quirúrgica, por ejemplo) y luego cancelar el seguro médico.
Por eso es básico que a la hora de buscar cualquier seguro de salud te fijes bien en las carencias que te dan para los servicios. Las carencias pueden ser de 6 meses (por ejemplo, para una consulta psicológica) a 10 meses (para una asistencia al parto o algún tipo de operación).
Una póliza médica para toda la familia
Para las compañías aseguradoras, el mejor cliente es aquel que viene con toda la familia. Puedes encontrar mejores ofertas con más prestaciones si en el seguro médico incluyes a más personas aparte de ti mismo.
Por ello, los seguros para familias suelen ofrecer un módulo de garantías extra hospitalarias, que incluye medicina general, pediatría, urgencias domiciliarias, urgencias ambulatorias, y servicio de ambulancia. Este módulo también proporciona asistencia especializada y servicios especiales. Además, hay módulos de garantías hospitalarias, que incluyen la asistencia en hospital, prótesis e implantes.
Estos seguros de salud colectivos normalmente terminan siendo más económicos proporcionalmente que si lo haces con una sola persona. Por eso los seguros de familia o los seguros donde se engloban a todos los trabajadores de una empresa, siempre terminan siendo mucho más rentables, tanto por precio como por prestaciones conseguidas.
Ten cuidado con lo seguros con precios agresivos
Las mutuas médicas siempre ofrecerán en Internet aquellas ofertas con los precios más rebajados. Estas ofertas son muy golosas, pero no hay que perder la perspectiva y tener siempre muy claro que es lo que realmente necesitas.
No obstante, un seguro de salud con un descuento inicial o con un precio fijado, suele ir acompañado a una reducción de coberturas, limitación del servicio médico o probables incrementos en las renovaciones.
Desconfía de aquellas mutuas médicas que te regalan meses de seguro o precios muy baratos. Son ofertas que duran muy poco y en cuanto uses el seguro, el precio puede incrementarse a más del doble.
Cabe remarcar además que los seguros aumentarán de precio a medida que las personas envejecemos. Por lo tanto es básico que a la hora de negociar cualquier seguro tengas claro cuáles van a ser los incrementos y cómo se aplicarán.
Ten claro que, al final, más vale tener una póliza médica que te cubra el máximo de tus necesidades y que te cueste más, que no uno que sea mucho más económico pero que su cobertura sea muy limitada. La salud no tiene precio.
Mira los servicios dentales incluidos
Cualquier seguro de salud incluye normalmente una serie de servicios dentales gratuitos o a un coste muy bajo. Son servicios básicos como extracciones dentales, limpiezas bucales, empastes sencillos, radiografías, etc.
Si necesita, pero, por ejemplo, de un implante dental, habrá un mayor costo. Sin embargo, las mutuas pueden tener acuerdos con los dentistas del cuadro médico para ofrecer un descuento sobre el precio del mercado. O tenerlos bajo franquicia, es decir fijar una cantidad que se establece previamente para cada servicio, de forma que, aunque los gastos sean mayores, el asegurado solo paga esa pequeña cifra.
Fíjate en la letra pequeña del contrato
Cada mutua médica pondrá sus condiciones y dentro de ellas hay muchos recovecos que analizar y tener en cuenta. Son limitaciones que pueden afectarte a la hora de solicitar algún servicio específico:
- Limitación sobre lo que la aseguradora pagará por tratamientos a lo largo de un año. El límite suele situarse entre €100.000 y €150.000, si bien existen ofertas entre €20.000 y €1.000.000.
- Limitación económica parcial para intervenciones específicas o consultas, en sitios de prestigio. Estas visitas pueden suponer un coste tan alto que el reembolso no se calcula como porcentaje del importe total sino por una limitación de reembolso máximo. Así pues, existen seguros que limitan el coste de un parto a €5.000, aunque en las clínicas de renombre el precio supere los €10.000.
- Las carencias temporales que implican que el seguro no cubre ciertas intervenciones durante un periodo de tiempo desde la contratación de la póliza.
- Cobertura de trasplantes y prótesis, que son una intervención y unos elementos muy costosos y a menudo excluidos.
- Coberturas familiares como reproducción asistida, criopreservación de células del cordón umbilical, implantaciones de DIU y vasectomías, etc.
- Coberturas en prácticas de salud mental (psicología), deportiva (fisioterapia) o cobertura dental.