El pacto está en limitar el precio del gas a 50 euros para que las centrales térmicas que generan electricidad puedan dar luz a un precio más reducido de lo que estamos pagando de media.
Si bien en un principio, ambos países habían hecho una propuesta de limitar el precio del gas a 30 euros por megavatio hora (MWh), ya sabían que este era un tope de máximos con el que negociar con el resto de países europeos. La negociación pero ha dado sus frutos: los dos gobiernos ibéricos han conseguido que la UE ponga el tope en 40 euros en los primeros compases de aplicación de la medida y 50 euros en la media del periodo de aplicación del mecanismo. Este periodo se ha ampliado hasta los 12 meses y no seis meses como se había planteado en un principio.
Con este nuevo umbral, el precio de la luz en el mercado mayorista podrá seguir bajando de precio como viene pasando en los últimos días. La ampliación del periodo de la medida a un año permite afrontar tanto durante el verano (cuando el consumo se dispara por el uso de lo aires acondicionados) como en invierno (que igual sucede, pero con la calefacción).
Cuánto va a bajar el precio de la luz
Pero realmente, ¿qué impacto tendrán la bajada de precios en las economías domésticas? En el pasado mes de marzo se marcó un hito histórico, se llegó a pagar 280 euros el MWh. Hace pocos días se pagó una media de 220 euros. Pero con el tope aprobado por la UE, en las horas en las que las centrales de ciclo combinado cierran precio —directa o indirectamente—, no debería superar los 140 euros. En realidad el precio medio diario de la luz debería rondar los 130 euros en un día caro, en el que las renovables de nuevo cuño (de largo las fuentes más baratas) marcan precio en muy pocas o ninguna franja horaria y el gas impone su ley.
Cómo comentamos en la guía donde te contamos los secretos para ahorrar en la factura de la luz, hay dos tipos de mercados: el regulado o el libre. Actualmente, uno de cada cuatro hogares está en el mercado regulado, el cual tradicionalmente ha ofrecido tarifas de la luz más económicas. Este mercado está regulado por el Gobierno, a través del índice PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor). Todos estos usuarios son los que han notado más la subida del precio de la luz, pero también serán los que noten primero su descenso. Según el economista José Luís Sancha, profesor de la Universidad Pontificia de Comillas, consultado por los periodistas de El país, la factura de un cliente medio con tarifa PVPC, se reducirá de los 100 euros que ha podido pagar en marzo a los 70 que pagará este mes de abril (mes en el que ya se ha notado la bajada del precio de la luz gracias al mayor peso de las renovables). Pero con la entrada de la nueva medida, la reducción podrá llegar a los 50 euros en mayo.
Beneficiarios y posibles perjudicados por el tope a la factura de la luz
Pero los que no están en el mercado regulado, sino con un precio indexado por las eléctricas no verán este beneficio, al menos a corto plazo. De hecho, las grandes compañías eléctricas no están conformes con este tope pues, según ellas, les perjudica y amenazan con cobrar la compensación a sus clientes. Sin embargo, el documento del pacto sobre la compensación al gas se prorrateará entre el resto de energías y lo pagará “la demanda”, es decir, las comercializadoras, que podrán trasladarlo a los clientes. Se calcula que la compensación a pagar podría llegar a 41 euros/MWh para una producción de 70 MWh/año.
La fórmula para abaratar el precio de la luz
En este sentido, una de las claves está en cómo se va a aplicar esta nueva fórmula en la factura de la electricidad del consumidor. Aunque aún falta concretar la medida, la idea del Ministerio para la Transición Ecológica es que se le cargue un prorrateo de la diferencia entre el coste aplicado y el coste real del gas. El coste que asumirán los consumidores no será, como hasta ahora sobre el total de megavatios que se consuman en cada jornada, sino solo el coste de los procedentes de los ciclos combinados (los que usan el gas para producir electricidad). Esta nueva fórmula, según el equipo del ministerio, supondrá “un ahorro” al consumidor.
Teniendo en cuenta que habrá días que la demanda de luz se cubre con la producción de fuentes diferentes al gas (energías alternativas) y otros en los que se pague muy poco porque entre muy poco gas, el ahorro puede llegar a ser significativo. En los días que entre más gas, el diferencial que pagaran los clientes será solo para cubrir la diferencia de esos megavatios generados extra por gas mientras que el resto de MW generados por las otras tecnologías tendrá el tope de los 50 euros.
De esta manera, todas estas medidas impulsadas por el frente ibérico moderarán la escalada inflacionista en la electricidad y podría recortar hasta dos puntos porcentuales el avance interanual del IPC general. Consultado por Cinco Días, el profesor en la Universidad de Alcalá, Carlos Martín comenta que ahora el precio de la electricidad significa el 4% del IPC. A partir de aquí, teniendo en cuenta la bajada de cerca del 50% en el precio, el IPC interanual podría recortarse en unos dos puntos porcentuales de forma inminente.
La incógnita rusa sobre la factura de la luz
Claro está que hay otras variables que entran en juego y que también pueden afectar en la cotización del gas. Y la gran variable que muchos expertos ya están aplicando en sus fórmulas es el de la guerra entre Rusia y Ucrania. La fluctuación del gas dependerá en un futuro inmediato de las medidas de Rusia con los cortes de suministro de gas, que de momento ya se están aplicando en Polonia y Bulgaria. ¿El motivo? Que Polonia y Bulgaria no pagaran el suministro con rublos. Así pues, cuando Putin cerró el grifo de Gazprom para estos dos países, el precio mayorista se disparó un 20% hasta los 117 euros por megavatio hora.
El juego de Argelia para encarecer el precio de la luz
Otra de las variables que entra en juego depende de Argelia. Cuando el gobierno español cambió su postura política sobre el Sahara, alineándose con las tesis del monarca marroquí, en Argelia lo vieron como una provocación.
Pero el conflicto viene sobre todo por la ayuda que España dará a Marruecos en cuanto a suministro de gas. Desde el gobierno de Argelia advierten de que ni una sola gota de gas argelino puede llegar a Marruecos. Y es que el gasoducto Magreb-Europa, proveniente de Argelia, ha sido tradicionalmente uno de los principales suministros gasísticos para nuestro país. Pero Marruecos pasa por medio y Argelia ya cortó el suministro al país vecino debido a un caso de espionaje masivo de móviles argelinos.
La ayuda que solicitó Marruecos a España para poder paliar sus problemas de suministro energético se concretaron con un proceso de inversión de flujo de gas. Según informó la ministra marroquí de Transición Energética, Leila Benali, “Marruecos podrá, por tanto, en total transparencia, comprar gas natural licuado (GNL) en los mercados internacionales, regasificarlo en una planta en España [probablemente en Huelva] y hacerlo llegar a su territorio a través del gasoducto magrebí”.
La respuesta más rápida del gobierno argelino fue avisar de que si se enteraban de que cualquier envío de gas natural enviado a España iba a parar a los tanques de Marruecos, lo entenderían como un incumplimiento del contrato y que, en consecuencia, podrían romper el contrato. Sin embargo, luego matizaron sus palabras y aseguraron que el gas que España suministraría a Marruecos no sería gas argelino. De hecho, la misma Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, ha asegurado que controlarán que “en ningún caso el gas adquirido por Marruecos tendrá procedencia argelina. La activación de este mecanismo se ha hablado con Argelia durante los últimos meses”.
A pesar de todo, Argelia, descontenta con España por el conflicto saharaui, intenta subir el precio del gas para acercarlo al precio de los mercados internacionales. La propia Teresa Ribera ha admitido estas negociaciones y espera que el aumento sea moderado.
De todas formas, la dependencia con Argelia a través del suministro de gas se ha reducido en los últimos meses. Según El Confidencial, ahora el mayor proveedor de gas para España es EEUU, llegándose a incrementar un 460% en el primer trimestre de este año con relación con el mismo periodo del 2021. En marzo el 43’3% de gas consumido en España era americano, mientras que el argelino solo llegó al 26’1%, un mínimo histórico. Y es que el gas importado a través de un gasoducto es mucho más barato porque su precio se establece en un contrato de larga duración. Además no requiere regasificarlo, como sucede con el GNL argelino. A priori, pues este cambio de socios no tendría que afectar a la rebaja del precio de la luz pactada con la UE.
Por su parte, Argelia ha redoblado su apuesta por el mercado italiano. Hasta el 2024, le enviará unos 9.000 millones más de metros cúbicos al año de lo que tenían pactado. El canal de suministro de gas es el gasoducto TransMed, que pasa por Túnez y desemboca en Sicilia.