Con las voces de alarma diciendo en todos los medios que nos viene un invierno crudo, con algunos países que temen tener que aplicar restricciones en la provisión de energía (España, en principio, se salva), no nos queda otra a nivel individual que intentar reducir el consumo energético en nuestros hogares. Y ahora sí que sí, deberemos seguir estos consejos, aplicar algunas medidas que nos ayudarán a bajar la factura de la luz y poder respirar mejor este invierno.
Reducir el gasto energético del presupuesto familiar
Según algunos expertos de la Comisión Europea, si una familia europea opta por las mejores opciones energéticas puede ahorrarse hasta 1.000 euros al año solo en gas y electricidad. No solo se trata de recortar gastos para que el presupuesto familiar no nos ahogue, sino también de optimizar los recursos disponibles, sobre todo en el caso de la energía.
Hay muchas maneras de ahorrar en la factura de la luz, algunas normas básicas como apagar las luces de aquellas habitaciones donde no haya nadie. Pero hay muchos otros trucos y consejos que pueden aplicarse para lograr un mayor ahorro energético.
El ahorro energético a través de la calefacción
La Guía práctica de la energía del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) alerta de que el 41% del consumo energético anual en un hogar español corresponde a la calefacción. Este dato corresponde a 2007, en la actualidad ha subido hasta el 47%. Otros gastos energéticos de un hogar español son el agua (19%), electrodomésticos (19%), cocina (7’4%), iluminación (4%) y sistemas de refrigeración (0’8%).
Para ahorrar en la calefacción, lo mejor es:
- Poner una temperatura entre 19 y 21º, dando una sensación térmica más que agradable. En verano, la temperatura idónea debería ser entre los 24º y los 26º.
- Apagar la calefacción durante la noche o bajarla hasta los 16º. Hacer igual cuando marchamos de casa por un largo tiempo.
- Instalar termostatos que regulen la temperatura de manera automática. Puedes conseguir un ahorro de entre el 8 y el 13%.
- Revisar periódicamente la instalación (normalmente ya se ocupan los propios técnicos), pues una caldera en mal estado puede disparar el consumo.
- Aislar la casa puede evitar hasta un 50% en las fugas de calor y consecuentemente no sería necesario mantener la calefacción tanto tiempo encendida.
Un aislamiento profesional de una vivienda es lo más eficiente, pero mientras tanto podemos añadir los burletes, unas barras de silicona colocada en los bordes y ranuras de cada ventana u obertura. De esta manera se sella herméticamente y se impide las filtraciones.
- Ventilar la casa unos quince minutos al día para renovar el aire.
- No cubras los radiadores con ropa u otros objetos para que el calor llegue a todas las estancias.
La temperatura del hogar es vital para tener un buen confort. Pero disponer de un buen hogar iluminado es casi tan importante como el confort térmico. Pero tener encendida la luz genera mucho gasto y más vale aplicarse algunos de los siguientes consejos para rebajar la factura de la luz:
¡Aprovechar la luz del sol!
Si por casualidad se encuentra buscando un piso, busque uno donde el sol dé de lleno y en el máximo tiempo posible para que las estancias del hogar esté iluminadas durante todo el día y no se tenga que abrir la luz innecesariamente.
Si este no es el caso, juega siempre a favor de la orientación solar de su hogar. Sitúa mesas, sillas y todo aquel mobiliario que necesites diariamente cerca de las ventanas o los puntos donde dé más el sol y así ganar luz natural.
Otra estrategia para multiplicar los puntos de luz (y al mismo tiempo transmitir una sensación de amplitud en las habitaciones), es colocar tantos espejos como sea posible.
- Cada vez que se salga de una habitación, apagar la luz. Gran parte del despilfarro energético se da por dejar encendida la luz cuando no hace falta.
- Cambiar las bombillas por bombillas LED, de bajo consumo. Estas consumen un 80% menos de electricidad, dan la misma luz y duran hasta ocho veces más.
- Usar lámparas electrónicas es más eficiente pues duran más y consumen menos que las convencionales. Se diferencian unas con otras por el peso: las electrónicas son mucho más ligeras, solo pesan unos 100 gramos.
- Disponer de un sistema inteligente que regule la luz de casa. Las Smart home son claves sobre todo por el control lumínico de cada estancia: automáticamente encienden y apagan la luz dependiendo de la presencia de gente, así como regulan su intensidad. La domótica nos hace una vida más confortable y genera un mayor ahorro energético en casa.
- Revisa el contrato de luz y mira bien la potencia contratada. El coste de la potencia aumenta dependiendo del número de kW contratados. Revisa si tiene margen para bajar la potencia contratada, pero ten en cuenta que si la bajas demasiado deberás volver a subirla con el sobrecoste que supone. Bajar la potencia puede costar 11 euros; volver a subirla, subirá hasta los 45 euros.
- Revisa las tarifas de luz con discriminación horaria. Lo mejor es tener en cuenta la franja de horario donde la luz es más barata para poder hacer lavadoras, lavaplatos, etc. cambiar a una tarifa con discriminación horaria te puede suponer un gran ahorro energético a lo largo del año.
Los electrodomésticos
Cuando usamos un electrodoméstico tenemos que hacerlo de manera eficiente. Además, es bueno disponer de electrodomésticos que estén categorizados como A++, que cuyo consumo es menor que el resto.
A la larga el uso de estos electrodomésticos nos resultará muy beneficioso para la factura eléctrica. Hay que tener en cuenta que los electrodomésticos se llevan el 12% del consumo energético del hogar. Algunos de los trucos para que limitar la energía en su uso son:
- Apagar los aparatos cuando no estén en uso o directamente desenchufarlos. El modo de espera o stand by también gasta energía. Tenerlos desconectados puede ahorrarnos hasta un 10% en la factura.
- Las regletas sirven para regular el paso de la electricidad. Su uso también beneficiará a la eficiencia pues a través de sus interruptores daremos la orden de dejar paso a la electricidad cuando sea necesario.
- El mantenimiento de los electrodomésticos, por ejemplo quitando el polvo de los ventiladores o limpiando los filtros del aire acondicionado, ayudará a que no se deterioren tanto y que no tengan que trabajar a tanta potencia. En las neveras también ayuda si limpiamos el serpentín una vez al año.
- Y hablando de frigoríficos, es vital el buen uso. Y eso significa no estar abriendo y cerrando la nevera cada minuto. El frío que genera la nevera se va rápidamente, sobre todo en verano. Eso de abrir la nevera y quedarse pensando en que yogur quieres coger no es muy eficiente. Primero piensa y luego abre la nevera.
- En cuanto a los televisores, se recomienda comprar uno con pantalla LCD, pues ahorran hasta un 37% de energía de lo que gasta cualquier otra pantalla.
- Para los ordenadores, más o menos igual. Aquellos con la etiqueta Energy Star categorizan su eficiencia energética. Y recordar que cada vez que no usemos el ordenador vale más la pena de apagarlo, sobre todo si es por ausencias prolongadas.
- Cuando usemos una lavadora hay que tener en cuenta dos cosas: trabajar siempre con la carga completa y trabajar siempre que podamos con un programa a baja temperatura. Además, se aconseja no usar o limitar mucho el uso de la secadora. El sol es el mejor secador.
- Al usar el lavavajillas, vale la pena escoger un programa de ahorro que lave a menos temperatura. Y a poder ser que sea rápido y reduzca el consumo de agua.
- Planchar la ropa una sola vez y no repasarlos varias veces es la forma más eficiente. Empieza por los tejidos que necesiten menos temperatura y, a medida que la plancha esté más caliente, sigue con aquellos más gruesos. Y cuando lleves ya un tiempo planchando, desenchufa el aparato y sigue planchando las dos o tres prendas que te queden con el calor residual. Son pequeños trucos que restan unos pocos euros a tu factura de la luz.
Reducir el consumo eléctrico en la cocina
Muchos de los electrodomésticos se sitúan en la cocina, por eso es uno de los espacios de la casa donde más gasto energético se hace, hasta un 11%. Pero hay formas de bajar este gasto:
- Disponer del máximo de electrodomésticos con etiqueta A para su uso eficiente. Los aparatos más eficientes de la cocina y al que tenemos que usar con más frecuencia es el microondas, la olla a presión y el horno.
- Las cocinas más eficientes son las de gas y no las eléctricas.
- Cocinar con el calor residual nos ahorrará a reducir el gasto. Simplemente se trata de “apagar” el fuego casi al final del cocinado para aprovechar el calor que queda. Para asar un pollo en el horno, los últimos cinco minutos para acabar de dorar la piel se deben hacer con el horno apagado.
- En este sentido también es relevante cómo utilizamos las ollas y sartenes. Mejor taparlas para que gran parte del calor no se vaya y el cocinado pueda terminarse antes.
Cómo controlar el gasto de agua
Después del gasto energético, está el consumo que hacemos de agua. La diferencia del gasto y de lo que supone cada consumo en el presupuesto familiar es notable, pero aún así hay que esforzarse también para reducir el consumo del agua. Es un bien que ahora no nos es escaso, pero que en otros sitios del mundo sí. Mantener una conciencia ecológica nos hará ser socialmente más responsables. Estos son algunos de los trucos para reducir la factura del agua en casa:
- El uso del lavavajillas siempre resultará más eficiente que limpiar platos y utensilios a mano. Claro está que si uno vive solo y los limpia a mano pero limitando el agua del grifo, le reportará menos gasto en su bolsillo que el comprarse un lavavajillas.
- En este sentido, uno siempre debe usar el agua con responsabilidad. Si nos estamos cepillando los dientes, cerrar el grifo cuando no necesitemos el agua. O cuando nos duchamos, hacerlo de manera breve. De hecho, una ducha de más de 7 minutos ya puede encarecer la factura.
- También está el uso del agua caliente. En este sentido, se genera también un gasto eléctrico importante. Es recomendable pues bajar la temperatura del calentador. Normalmente el fabricante la sitúa a 60º y podemos bajarla a 40º. Nuestras duchas de invierno no notarán la diferencia de grados.
- Calentar el agua a altas temperaturas para lavar la ropa es una de las causas que hace de la lavadora uno de los electrodomésticos que más consume. Si hoy día contamos con detergentes específicos y potentes que pueden quitar la suciedad con agua fría, podremos ahorrarnos el usar un programa con una temperatura elevada.